Si hay algo muy muy satisfactorio en nuestro trabajo es el momento en el que unos clientes vuelven a contar contigo porque han quedado muy contentos con el trabajo realizado anteriormente. Y esto exactamente lo que nos pasó en esta
vivienda de la zona de Quevedo.
Algunos conoceréis el proyecto y para los que no, os dejamos
aquí el link para que lo hagáis. La primera vez trabajamos en la decoración del salón y en esta segunda fase contaron con nosotras para llevar a cabo la reforma de los cuartos de baño, la cocina y los dormitorios, tanto el principal como el de la pequeña que en breves se iba a incorporar a la familia.
Cerramos la cocina con una
puerta metálica igual que la que diseñamos para cerrar el salón.
La cocina es blanca, pero queríamos romper con la sensación de cocina laboratorio, así que utilizamos distintas estrategias: colocamos un suelo con despiece hexagonal de color cálido, planteamos la zona de trabajo de forma exenta para que fuera como un mueble, el extractor lo escondimos en una caja de pladur que pintamos del mismo color que la pared, no colocamos muebles altos sino que diseñamos un mueble con capacidad de almacenaje para platos y vasos pero con una zona abierta para colocar libros.
Y a todo esto ubicamos una zona de comer con la mesa tulip de Eero Saarinen, dos sillas metálicas negras de Vitra (el modelo Wire chair DKX 2) un banco diseñado a medida aprovechando para integrar un pilar existente y el aplique de Jean Prouvé que nos encanta .
En el baño principal apostamos por un revestimiento muy
calmado en color blanco roto, dándole el protagonismo a la grifería dorada, el
mueble diseñado a medida por nosotras en color cerezo y dos lámparas de color que
también diseñamos a medida.
En el baño de invitados nos alejamos del baño revestido de
cerámica en su totalidad y apostamos por crear un pequeño zócalo y dejar el
resto de la pared pintada, esto era perfecto para ubicar un cuadro, en este
caso una fotografía y romper la frialdad tan típica de los baños. Además, en la
zona del lavabo colocamos un gran espejo y una lámpara de cobre, un material
cuyo contraste con la grifería negra nos parecía estupendo.
La pared principal del dormitorio tenía un pilar de
considerables dimensiones, este elemento que en principio podía resultar un
inconveniente se convirtió en el desencadenante del diseño del cabecero, la
repisa que colocamos detrás de este para ubicar algunos elementos como cuadros
o libros y las mesillas. Dos mesillas de diseño diferente que nos llevó a
iluminar el cuarto en uno de los lados con una lámpara suspendida, y en el otro
con una lámpara de sobremesa.
Y por último os enseñamos el cuarto de la peque, que en el
momento que empezamos con el proyecto aún no había nacido. El resultado es una
habitación fresca y divertida donde el papel de Bien Fait Paris es el auténtico
protagonista, haciendo que elementos como la cuna, el sillón o la pequeña
librería que ubicamos en la pared armonicen con él.