En muchas profesiones el aprendizaje se realiza mediante la práctica directa, esto conlleva que los espacios tienen que funcionar como espacio profesional y simultáneamente como espacio de aprendizaje y aunar estas dos funciones no siempre es fácil.
En este proyecto del estudio Technē Architecture en Melbourne esta dualidad se ha resuelto de forma que pasas totalmente desapercibido al usuario el hecho de encontrarse en una escuela de aprendizaje y no en un salón de belleza 100% profesional.
Los espacios se han diseñado, principalmente a través del mobiliario de forma que la interacción alumno -profesor-usuario se realiza de forma natural. Un claro ejemplo es el mueble para maquillaje.
En cuanto a la estética general, la elección de la paleta de colores con el blanco predominante y los toques en tierra y en azul así como los detalles en cobre son todo un acierto y equilibran la sensación de calma y la sofisticación que esperamos encontrar en un salón de belleza.
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