En muchas ocasiones una apuesta estética radical se puede convertir en el eje articulador de toda una vivienda, quizá sólo apta para atrevidos pero los resultados pueden ser maravillosos.
Hay dos detalles que nos encantan, uno, que descubrieron en la fase demolición y que aporta un toque muy personal al espacio, es el pilar inclinado que separa la zona de trabajo de la zona de cocina y el otro es el baño que se convierte en toda una explosión de color.
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