La gama de colores es muy variada, y lo encontramos tanto en suelos como en paredes pasando del amarillo y el verde en la cocina, al rojo o naranja en las escaleras o al azul en los dormitorios.
A nivel espacial la apuesta es clara, mucho espacio de almacenaje en pared para dejar los espacios liberados de muebles de forma que sea el color el que "llene" visualmente.
El detalle, el ventanal en esquina que inunda de luz la escalera naranja que da acceso al dormitorio y que rompe al exterior la estética tan pura de vivienda victoriana dejando ver que algo diferente pasa en su interior.
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