Normalmente todos antes de enfrentarnos a un diseño tenemos una serie de prejuicios, estilos que nos gustan y los que no, manías insalvables como odios a ciertos elementos... Pero sin duda el terreno del color es el que más connotaciones acumula, desde colores que detestamos sin razón aparente y no queremos que aparezcan en nuestra casa hasta asociaciones de color a ciertos elementos que nos condicionan como el verde hospital, el azul bebé, el rosa ñoño....
Pues esta vivienda obra del estudio Wise Interior en Copenhage viene a demostrarnos que la tan conocida dualidad rosa/azul puede dar lugar a espacios nada infantiles, ni ñoños ni mucho menos aburridos. Las claves: seleccionar muy muy bien qué tono de rosa y de azul elegimos y quienes son sus acompañantes.
El suelo juega un papel importante ya que no tiene un color dominante sino que acompaña a los tonos de las paredes pasando desapercibido en cuanto a color, pero dando la calidez a través de la textura. Otro punto importante es el color negro que sin duda aporta ese punto de seriedad y sofisticación apareciendo en mobiliario o en detalles como apliques.
El mobiliario con un punto midcentury, las molduras y la pared color vino son otros de los elementos que nos parecen todo un acierto para romper el aire naif de los colores base elegidos.
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