La vivienda de la que os queremos hablar hoy ha sido un auténtico regalo. Primero porque repetimos con nuestros clientes, a los que ya habíamos reformado, hace tiempo, el espacio de la cocina y el comedor de su antigua casa. Fue un proyecto que nos encantó y por eso fue una alegría cuando se pusieron en contacto con nosotras de nuevo.
Y segundo, porque su nueva vivienda tenía una base muy buena. Contaba con 250 metros cuadrados, una buena orientación, en un barrio que les resultaba cómodo para su vida familiar... pero que estaba lejos de la funcionalidad y el estilo de vida de nuestros clientes. Ellos son una pareja con dos niñas, a los que les encanta la arquitectura, el diseño, la buena lectura y la música. Por eso nos pidieron que a la hora de diseñar su vivienda tuviéramos en cuenta todo esto.
A esto le sumamos otras peticiones que eran importantes para ellos. Querían un gran salón, con zona de estar, zona de lectura y una zona con proyector para visionar sus películas favoritas. También soñaban con una gran biblioteca que diese cabida a su enorme colección de libros. Querían disponer de una zona de comedor, independiente pero a la vez conectada con la cocina y el salón. Y un espacio que les ayudase a organizar su colección de música y donde también poder disfrutarla con un buen equipo. Además, como nuestros clientes trabajan en casa ocasionalmente, nos pidieron que les diseñáramos dos espacios donde pudiesen hacerlo individualmente. A esto se añadía una cocina de buen tamaño, con una isla con sitio para desayunar o comer. En la zona de noche, tenían claro que cada uno quería su zona de baño y su vestidor independiente. Dos dormitorios para las niñas, con un cuarto de juegos. Y a esto le añadimos un espacio que funcionase como dormitorio de invitados, con su baño.
Nuestro reto era construir un lugar que transmitiese calma, pero que resultase acogedor, cálido y con un punto sofisticado. Para ello hicimos cambios en la distribución, en aras de conseguir espacios más abiertos y potenciar la proyección de la luz natural hacia el interior. Además, quisimos crear un ambiente idóneo para incluir tantopiezas de diseño contemporáneo como obras de arte, todas ellas seleccionadas por nuestros clientes y que creemos que le dan un punto muy personal a la vivienda.
La zona de día fue la parte del proyecto a la que más vueltas dimos, ya que buscábamos encajar bastantes espacios con diferentes usos y eso provocó que las opciones se multiplicasen. Nuestra idea inicial era
crear un espacio dinámico y a la vez práctico, que nos permitiese albergar todas las funcionalidades que nos habían pedido. Finalmente la opción escogida fue crear una zona de alrededor de 100 metros cuadrados, con espacios que podían independizarse o conectarse a través de un sistema de puertas correderas metálicas, diseñadas por nosotras. Lacamos los perfiles en un tono de rojo muy apetecible, y colocamos en la zona inferior un cristal acanalado para proporcionar más intimidad, pero en la zona superior es transparente, para permitir el paso del máximo de luz entre los espacios.
A la vivienda se accede por un amplio hall, donde colocamos un primer frente de armarios lisos para ampliar el almacenaje, y a su vez da acceso a la puerta de un baño, a la de la habitación de invitados y la del acceso a la cocina. Está pensada para que sea un preámbulo a nuestra parte favorita del espacio: el salón.
Pertenece a la marca Cesar Cucine: los muebles son de la colección Máxima y la isla, que nos encanta y nos parece muy original, pertenece a la colección Unit. En nuestros proyectos es cierto que muchas veces en esta superficie es donde nos dejamos llevar por el color, pero en este caso el cliente prefería mantener un ambiente muy neutro. Así que el toque se lo dimos con esta estructura, que tiene una forma dinámica y ligera, con sus patas y sus esquinas redondeadas. En la superficie colocamos una encimera de Consentino, que aunque tiene un tono neutro, aporta cierta rugosidad. Nos parece que este elemento fomenta la interacción entre las áreas de trabajo y reunión, promoviendo una comunicación fluida. El suelo de la cocina es de Living cerámica (colección Cava) donde añadimos una junta de color terracota.
En la zona de estar, presidido por un precioso sofá de Patricia Urquiola, diseñamos un mueble en DM lacado con los gruesos en azul oscuro y las puertas en color claro. Como su función era acoger al equipo de sonido, las puertas son de tela acústica sobre bastidor, para que la salida del mismo fuese perfecta. También colocamos un
mecanismo que permite desplegar una pantalla, para ver las películas con un gran proyector sobre esa pared.
El salón se conecta con la zona de noche a través de un largo pasillo, que aprovechamos para colocar una estantería de pladur de grandes dimensiones y que crea un volumen muy interesante en esa zona de la vivienda.
En el baño de nuestra cliente volvemos a jugar con los contrastes, combinando el azul en los azulejos del suelo y de algunas de las paredes, con el mueble a medida en color rojo.
la vivienda dos espacios diferenciados donde poder trabajar. Nos encanta el toque Mid Century que le da el escritorio y la silla.
Estamos realmente contentas con el resultado de esta reforma, y nos consta que nuestros clientes también. Creemos que les hemos ayudado a crear un espacio sofisticado, acogedor y contemporáneo, que esperamos
que disfruten muchos años.