16 de noviembre de 2023

CAMPTANIA

 Volvemos al blog con uno de los proyectos que más expectación ha

generado: Camptania. Y es lógico, porque nuestra clienta, Tania
Llasera, cuenta con una legión de seguidores que han ido siguiendo el
proyecto con idéntica ilusión a la nuestra.

Trabajar con ella ha sido todo un placer, porque tanto ella como su
marido tenían las ideas muy claras, pero al mismo tiempo durante todo
el proyecto se mostraron abiertos a muchas de las soluciones que les
íbamos proponiendo. Nos trasladaron enseguida que querían que
Camptania fuese un lugar al que escaparse frecuentemente para
descansar y desconectar, su pequeño paraíso, donde reunir a la familia
y amigos para disfrutar de comidas y largas sobremesas, rodeados de
unas vistas y una naturaleza maravillosas (podemos dar fe)

Tania y su marido nos contactaron porque habían adquirido una vivienda
como segunda residencia y aunque su estructura general les gustaba,
había algunos detalles que querían actualizar. Nos pidieron una casa
cómoda y acogedora, que tuviese su sello personal y en la predominase
una comunicación fluida entre el interior y el exterior.

Además nos pidieron una casa que no solo fuera estéticamente bonita,
sino también funcional, tanto en la subdivisión de los espacios como
en el mobiliario. Una de las prioridades de Tania era contar con un
espacio aparte, para poder dedicarlo a estudio o taller, y allí dar
rienda suelta a su creatividad y también a la de sus hijos.

Y por supuesto, nos dijo las palabras mágicas: quiero una casa con
COLOR. Tania es una mujer con mucha personalidad y quería que eso se
trasladase también a esta casa. ¡Y creemos que lo hemos conseguido!

Desde la primera visita nos dimos cuenta de todo el potencial que
tenía la vivienda. El enclave era simplemente perfecto: las vistas que
se disfrutan son una verdadera belleza, la luz inunda los diferentes
espacios, la zona común tiene una doble altura muy interesante,
contaban con una chimenea para las épocas de más frío. La base ya era
buena, pero querían conseguir una estética más moderna, sin perder ese
aire de vacaciones eternas.

El principal escollo que nos encontramos fue la distribución de la
cocina. Nos parecía que el espacio estaba desaprovechado, ya que
contaba con bastantes metros, pero vimos que podíamos sacarle mucho
más partido si intercambiábamos las zonas de cocina y comedor.

 Decidimos ampliar la ventana, de manera que al colocar una isla en el
espacio frontal, se cocinase mirando al paisaje y de esta manera toda
la zona quedaba más armoniosa. Por ello, colocamos la campana en el
techo, para no interferir en este aspecto. Tania también nos dijo que
quería que fuese una cocina vivida, diáfana y cálida. Por eso
renunciamos a utilizar armarios altos y en su lugar dispusimos unas
baldas,  que permiten que ella vaya variando la decoración con láminas
y objetos personales, según lo que le apetezca.

Como contrapunto  al tono neutro de los muebles, la isla sube el color
de la cocina, en un maravilloso terracota de Dekton. Además, como
toque personal, Tania quiso hacer un homenaje a la cocina original de
la casa y colocó un grifo de Vola en un color naranja super vibrante.











Otra de las intervenciones fue en la zona del salón. En este caso
cerramos una de las puertas que daba acceso a la vivienda y agrandamos
también las ventanas, para dejar que las vistas y la luz inundaran el
espacio. El resultado es una zona de estar confortable y que invita al
relax. La chimenea estaba colocada haciendo chaflán y ocupaba mucho
espacio. Así que le propusimos a Tania desplazarla y colocarla en las
paredes y darle continuidad con un banco. Para reforzar su
protagonismo, alicatamos ambos elementos con un potente azulejo
amarillo, consiguiendo que se convierta en un punto focal dentro del
espacio, gracias a su textura y color ( y uno de los rincones
favoritos de nuestros clientes y sus amigos)






Subiendo por la escalera, nos encontramos la zona de dormitorios y
baños. Con anterioridad la casa contaba con 3 dormitorios y un baño, pero Tania
y su marido nos dijeron que preferían que su habitación fuese un
dormitorio en suite y contar también con un baño para los niños. Así
que eliminamos un dormitorio, lo que nos permitió ganar metros y poder
instalar una funcional solución de almacenaje.
Recurrimos de nuevo a Cubro (ya sabéis que hemos trabajado con ellos
en múltiples ocasiones en nuestros proyectos) porque nos gusta la
calidad de sus productos y porque nos permite,  gracias a las
tonalidades que ofrece, presentar a nuestros clientes múltiples
opciones. En este caso Tania se enamoró de un tono anaranjado que
acababan de sacar al mercado y creemos que le da un punto muy cálido.
A través de los armarios, se accede al cuarto de baño del dormitorio
principal, en cuyos muebles volvimos a aplicar ese tono para darle
continuidad visual.

Otro de los requisitos de nuestra intervención fue "rescatar" todos
los elementos estructurales que fuese posible. Por ello las puertas
del antiguo salón dan entrada ahora a este dormitorio. Y también
recuperamos en toda la casa el suelo de terrazo de la vivienda
original en la planta superior. Si bien al mover algunos de los
tabiques, quedaron espacios
desnudos, que completamos casi con una labor de artesanía, ensamblando
y haciendo un juego con piezas cerámicas de diferentes tonos. En la
planta baja, no pudimos recuperar el suelo preexistente, pero lo
reemplazamos por un terrazo lo más parecido posible, que ahora encanta
a nuestros clientes.











Y por último queríamos hablaros del lugar que más satisfacciones y en
el que más horas pasa Tania: su taller. Una de las ventajas de la casa
era que contaba ya con un espacio independiente que funcionaba como
una especie de trastero. Decidimos convertirlo en una zona de estudio,
ya que cuenta con un pequeño baño, por lo que puede utilizarse como
una habitación de invitados. Siguiendo la premisa de conservar todo lo
posible, colocamos las baldas de los antiguos propietarios, pero
convencimos a Tania de pintarlas en un tono azul. Al espacio se accede
por una puerta acristalada, cuyo sistema de apertura permite que
cuando llega el buen tiempo, este espacio se abra al exterior casi por
completo.

El resultado es un hogar familiar colorido y luminoso. Con una platea
de colores potentes y muy 70´vibes, como nos pidió Tania. Con
intervenciones arquitectónicas mínimas, y algún cambio de distribución
hemos conseguido una vivienda funcional, atemporal y volcada al
exterior a través  del inusual color verde de las ventanas, que
enmarcan el paraíso que la rodea.