Si pensamos en Londres es muy fácil que nos venga a la cabeza la típica calle con casitas estrechas victorianas, lo que difícilmente pensaríamos es que alguna de ellas esconde espacios tan interesantes y contemporáneos como los que tiene esta casa en Islington obra de Larissa Johnston.
La organización espacial es sencilla, espacios de uso más público en planta baja y más privados en planta primera. El objetivo de relacionar la vivienda con el patio trasero es muy claro gracias a los grandes ventanales de vidrio y la continuidad de suelo entre interior y exterior.
El color predominante: el blanco y los materiales: naturales, maderas, hormigón pulido, acero inoxidable.
Y por último un detalle muy cuidado a la vez que sencillo: la escalera. Realizada en madera, con zona de almacenaje y pensada como una pieza única junto con el mobiliario de cocina, de forma que queda prácticamente oculta.
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